martes, 7 de diciembre de 2010

La igualdad no se aprende en los clásicos

La igualdad no se aprende en los clásicos
La propuesta de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, de vetar algunos cuentos infantiles en los colegios por "sexistas" suscita opiniones encontradas entre los expertos gallegos

El anuncio de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, de prohibir en los centros educativos la lectura de cuentos "sexistas" -haciendo referencia, entre ellos, a títulos tan populares como los clásicos de Walt Disney 'Blancanieves', 'La Cenicienta' y 'La bella durmiente'- ha suscitado opiniones encontradas entre representantes de padres de alumnos, psicólogos, sindicalistas y escritores en Galicia. Aunque la mayoría coinciden en señalar que estas historias contienen un marcado carácter sexista, no todos se muestran a favor de su veto en las escuelas, entre otros motivos, porque forman parte de la cultura popular
A. DE SANTOS / S. CAMESELLA | A CORUÑA El Ministerio de Igualdad propone vetar los cuentos "sexistas" en los colegios y cambiar estas lecturas por otros libros que fomenten la igualdad entre niños y niñas. Para el departamento que dirige Bibiana Aído, el Instituto de la Mujer y el sindicato FETE-UGT, responsables de la campaña Educando en igualdad dirigida a escolares de Primaria, clásicos como Blancanieves, Cenicienta y La bella durmiente, joyas de la factoría de Walt Disney, perpetúan los estereotipos tradicionalmente impuestos a hombres y mujeres, al presentar a los primeros como personas resueltas y presentar a las segundas "en una situación pasiva".

La intención de Igualdad de suprimir estos cuentos clásicos en las aulas suscita reacciones encontradas entre representantes de padres de alumnos, psicólogos, escritores y sindicalistas gallegos, aunque todos coinciden en señalar que las historias sobre príncipes azules que salvan a princesas desvalidas están trasnochadas y que los cuentos actuales presentan -"afortunadamente", subrayan- una imagen muy distinta de hombres y mujeres.

Rosa Fontaíña, presidenta de la Red de Mujeres Vecinais contra los Malos Tratos, se muestra a favor de que se retiren este tipo de lecturas de los colegios y recuerda que este colectivo lleva años trabajando en centros educativos empleando este tipo de cuentos como un ejemplo de la perpetuación de la desigualdad entre sexos.

"Son historias que los niños leen desde pequeños y que de alguna manera van conformando su personalidad", explica Fontaíña, para quien otro aspecto que influye mucho en la percepción que el niño se hace de la realidad son los juegos y juguetes, en los que también incide la campaña de Igualdad. "Todavía vas a comprar un juguete para un niño de cuatro años y te preguntan si es niño o niña", se lamenta la presidenta de la Red contra los Malos Tratos, que añade que la educación en valores también es responsabilidad de los padres.
 
Elena Rodríguez, responsable del departamento de Igualdad de CCOO, considera que todas las medidas que se adopten para conseguir la igualdad entre sexos son positivas, aunque entiende que hay otras acciones más efectivas en este sentido. "Creemos que hay que educar en conjunto y explicar que, aunque fisiológicamente somos distintos, en el mundo social somos iguales", sostiene la sindicalista.

En opinión de Rodríguez, aunque el contenido sexista de muchos cuentos clásicos es obvio, su veto no es la solución más acertada. "No podemos barrer todo lo del pasado. Estos cuentos forman parte de nuestra vida y deben de seguir existiendo, y saber explicar al niño que la realidad no es así", plantea.

El escritor de literatura infantil y profesor Antonio García Teijeiro defiende que los niños lean libros que fomenten la igualdad entre los sexos, aunque se muestra contraigo a que se vete ningún cuento. "Soy el primero que está de acuerdo en que se elimine la literatura sexista, que afortunadamente hoy no se hace, pero siempre he sido contrario a las prohibiciones", afirma. El escritor considera que sería un error prohibir los clásicos en las aulas porque forman parte del patrimonio cultural tradicional. "Forman parte de toda una tradición popular y su contenido responde a una determinada época. Pero de todos se pueden sacar distintas lecturas, por eso creo que deben seguir existiendo ", opina el escritor.

Marilar Aleixandre ha utilizado el cuento Blancanieves en varios de sus libros, como en Chave de ponte, chave de carballo, incluido dentro de O trasno de Alqueidón (Xerais, 1996), donde una niña que se encuentra con una salamandra rechaza la manzana que le ofrece el anfibio porque no quiere acabar como Blancanieves, quedándose dormida primero y "cocinar, barrer y fregar" para los siete enanitos. "La mayoría de los cuentos clásicos presentan una imagen de la mujer pasiva e historias como la de Blancanieves son claramente sexistas. Sin embargo, se pueden reinterpretar -de hecho hay versiones actuales que invierten los papeles- con ironía y sentido del humor".

La escritora tampoco es partidaria de que se veten estos cuentos: "No me gusta vetar, aunque sí que son necesarias acciones que pongan a disposición de los niños y de las niñas historias más variadas, en las que la mujer aparece haciendo de todo".

Aleixandre, profesora de Didáctica de Ciencias y Educación Ambiental en la Facultad de Educación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), reconoce que, aunque se ha avanzado mucho en el plano de la igualdad, continúa habiendo carreras eminentemente masculinas y otras femeninas, lo que constata que chicos y chicas siguen asumiendo los papeles preestablecidos.

"En los noventa hicimos un estudio entre niños y los resultados cruzados fueron aún más asombrosos porque si la niña quería ser profesora, al preguntarle qué sería si fuese hombre contestaba que astronauta", recuerda.

Para Virgilio Gantes, presidente de la Confederación de ANPA de centros públicos (Confapa), los argumentos referentes a los clásicos son una evidencia que no aporta nada nuevo. "Siempre se pensó que estos cuentos eran sexistas", declara Gantes, que añade: "La educación en la igualdad viene dada por toda la sociedad: la familia, el colegio, la publicidad". El presidente de la Confapa no ve un lenguaje genérico en el material escolar. "Hace unos años recibimos reclamaciones pidiendo el cambio de algunos textos pero en la actualidad no tenemos ese tipo de quejas", asegura.

Mónica Touza, presidenta de la Federación de Nais e Pais de Alumnos (Foanpas), considera que los cuentos clásicos "son de toda la vida y que hoy, se saca todo de contexto". "¿Si los libros son sexistas? Eso depende de los ojos con los que quieras ver su contenido", opina y añade: "Estas historias son un reflejo de una época ya pasada". Respecto al lenguaje "pretendidamente genérico" de los libros de texto que, según el ministerio de Igualdad, "invisibiliza al género femenino" y que es otro aspecto en el que incide la campaña, Touza opina que es un juicio "exagerado". "El género neutro no se puede utilizar en muchos casos", manifiesta-

El psicólogo clínico Alejandro Torres está de acuerdo con el Ministerio en que Blancanieves y La Cenicienta son sexistas. "Lo son desde el punto de vista de la igualdad y el feminismo ya que estos cuentos desarrollan roles tradicionales y los promocionan", argumenta. Sin embargo, Torres precisa que los libros infantiles son modelos exteriores.

"Lo primordial para fomentar la igualdad radica en los papeles familiares, no en los cuentos ni en la televisión". Y según el psicólogo, el lenguaje genérico no relega a la mujer, ésta viene anulada en las relaciones. "Carece de sentido cambiar las palabras para referirse al género femenino si no se respeta a la mujer en los vínculos personales", puntualiza.


(Artículo extraído de laopinioncoruña.es, de la sección de noticias sociedad del sábado 10 de abril de 2010).

El pasado lunes, 22 de noviembre, tuvimos en clase de Literatura Infantil una pequeña charla sobre un artículo que había salido en la prensa. En este se decía que se quería prohibir el uso de los cuentos folclóricos por ser machistas.

A raíz de esta charla, me gustaría dar mi opinión sobre esta próxima o no prohibición. Hace unos días, añadí a este blog una publicación con los motivos o ventajas, a mi entender, de emplear cuentos en Infantil. Concretamente, esta publicación tiene como título: “Análisis del libro infantil”. Por este motivo, no voy a repetir mis argumentos por los que se deben emplear éstos en el aula.

Quiero comenzar mi opinión con el ejemplo que pusimos en clase. ¿Realmente el cuento de Blancanieves es machista? Responderé a esta pregunta apoyándome en la versión más conocida de este cuento, la versión de Walt Disney. En esta versión, Blancanieves huye de su palacio y de su círculo cercano, para refugiarse en una casa que no es suya y en la que habitan personitas que ni siquiera conoce. Estas personitas, los adorables enanitos, le prestan cobijo, comida, aseo... pues, ¿qué menos que si estás de prestado en una casa que no es la tuya, que te la están prestando al igual que todo lo que en ella hay, des tú algo a cambio? Si los enanitos, los dueños de la casa, tienen que trabajar para llevar comida a la casa y la jovencita no pone recursos para ello, creo que lo mínimo es que sea ella la que se encargue de las tareas del hogar, ¿no?

Lo mismo ocurriría si Blancanieves fuera un hombre. Claro, que podemos darle vueltas al asunto, rebuscar rasgos machistas donde no los ahí y culpar a alguien, en este caso a los cuentos tradicionales, de tanto maltrato de género que hay en nuestra sociedad.

De todas formas, los cuentos folclóricos, estos cuentos de los que se habla en el artículo (Blancanieves, la Cenicienta y la Bella Durmiente), pueden ser adaptados o versionados al aula de infantil, a las características de los niños, de hecho, es lo que se debería hacer porque estos no son cuentos infantiles. Si los maestros que se quejan de estos cuentos no quieren gastar su tiempo en adaptarlo, pueden buscar diferentes versiones del cuento, que las hay. Si no les gusta la de Walt Disney, pueden buscar la de otros recopiladores y quedarse con la que más le convenza. Un ejemplo podría ser la versión española de Blancanieves: “La princesa y los 7 bandoleros”, en vez de la versión, como algunos catalogan de machista, de Walt Disney.

Esto estaría bien, pero estoy muy de acuerdo con lo que dice el psicólogo clínico Alejandro Torres: "Lo primordial para fomentar la igualdad radica en los papeles familiares, no en los cuentos ni en la televisión", "Carece de sentido cambiar las palabras para referirse al género femenino si no se respeta a la mujer en los vínculos personales". Estoy completamente de acuerdo con que la escuela, y los maestros, tiene que inculcar unos valores y no sólo llenar la cabeza de los niños y niñas de conocimientos teóricos. Pero creo que ya está bien de culpar a esta institución y a los que trabajamos en ella, o trabajaremos, de que si los niños pasan delante de la televisión mucho tiempo es por nuestra culpa, que si no siguen una buena alimentación también es porque nosotros no les enseñamos cómo tienen que alimentarse, y ahora que si hay tanto maltrato y tanto machismo es porque usamos cuentos no adecuados. ¿Y el papel de los padres dónde queda? ¿De qué sirve que usemos cuentos igualitarios que fomenten la igualdad de sexos si luego llegan a casa y ven a su mamá en la cocina y al papá sentado frente al sillón, o al papá discutiendo fuertemente con la mamá?

También pienso que el problema puede radicar en que tenemos a nuestros pequeños demasiado sobreprotegidos, en una urna de cristal: ¿Qué hay niños en el mundo, no tan lejos de nosotros que diariamente se mueren por no tener nada que llevarse a la boca? No importa, los nuestros lo tienen todo. ¿Qué hoy en día muchos hombres que maltratan, física o psicológicamente, a las mujeres? No importa, mi hijo es muy pequeño para darse cuenta de cómo es la vida. Así pasa, que dejamos de ser niños para hacernos mayores y nos damos cuenta de que no vivimos en un mundo ideal donde todo es maravilloso, tal y como lo pensábamos de pequeños.

Personalmente, no me parece tan mala idea hablar con los niños, respetando que son niños y que no tienen por qué conocer todos los detalles, para, hablando del maltrato de género en este caso, decirles que hace un tiempo atrás los hombres trataban a las mujeres como seres inferiores, pero que eso no es así, que somos iguales y que nos tenemos que respetar como tales, nada de superioridad entre iguales.

Pero claro, hay tantas cosas que hay que cambiar en la educación... y en la sociedad.

3 comentarios:

  1. ¡Muchas gracias por este y los demás comentarios! Ya hemos hablado un poquito esta mañana sobre esto...

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  2. Sandrí, deberías publicar algo!!! Vaya crítica a la sociedad!!! Haces bien, guapa! Que nosotras tenemos que valorar nuestro puesto de trabajo!

    Chocolate Kisses

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